Revista Sinapsis. Vol. 2, Nro 21, diciembre de 2022, ISSN 1390 – 9770
https://www.itsup.edu.ec/sinapsis
Florio (2014), menciona que, entendemos por EP aquellas organizaciones que son
propiedad de los gobiernos en última instancia, suministran bienes económicos, tienen
autonomía presupuestaria, cierta discrecionalidad gerencial, y para las que, en principio,
la privatización es posible. Según Olías de Lima (2001) citado por Sosa & Verano (2014),
argumenta que, “uno de los aspectos más decisivos para reconsiderar los modos de
gestión del sector público va a ser el cambio del entorno”.
La Office of Government Commerce del Reino Unido (OGC, 2009) define la gestión de
servicios como un conjunto de capacidades organizativas especializadas que
proporcionan valor a los clientes en forma de servicios, dichas capacidades se relacionan
con funciones y procesos para gestionar servicios durante un ciclo de vida, con
especializaciones en estrategia, diseño, transición, operación y mejora continua. Las
organizaciones de servicio deben de determinar qué beneficios esperan recibir los clientes
y de procurar producir los servicios que puedan colmar y si es posible exceder sus
expectativas (Lara, 2002).
Las organizaciones, sean estas públicas o privadas necesitan incorporar a su gestión,
servicios de tecnologías de la información (TI), la cuales son fundamentales en la
actualidad para el logro de los objetivos organizacionales, al mismo tiempo, dichas
implementaciones poco a poco se vuelven más complejas debido a que incrementan sus
niveles regulatorios, se producen frecuentes desviaciones en tiempo o en costes en su
ciclo de vida, se presentan avances continuos desde los niveles tecnológicos, de seguridad
de la información, entre otros; ello obliga a que la gestión tradicional necesite asegurar la
continuidad de la gestión empresarial a fin de seguir siendo eficientes. Si la gestión es
eficaz se consigue que los cambios se adapten proactivamente a la estrategia del negocio
(Bauset y Rodenes, 2013).
García (2015) manifiesta que, las redes de comunicaciones y concretamente las redes
informáticas están sometidas a un continuo reto por mantenerse vigentes, es decir, aquel
tiempo en que la red presta el servicio que se requiere o el tiempo en que la red es útil.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son herramientas que pueden
utilizarse en diferentes actividades, en especial aquellas relacionadas con el uso y manejo
de la información, como la digitalización de servicios públicos, la formación de recurso
humano y la creación de medios de apoyo en educación y salud dan veracidad del uso