Revista Sinapsis. Vol. 1, Nro 21, junio de 2022, ISSN 1390 – 9770
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(Marquilies, 2011) encontró que el ajedrez mejora el aprendizaje de la lectura y los resultados de
las pruebas de rendimiento en las escuelas primarias. Gracias a sus características lúdicas e
intelectuales, es un recurso pedagógico apropiado para ayudar a que niñas y niños desarrollen
múltiples habilidades mentales que, sin duda, optimizarán sus procesos de aprendizaje. Solamente
esta cualidad comprobada del ajedrez, ya justifica el intento de incluirlo dentro del aula de clases
y hacerlo accesible a todos los alumnos a partir de los primeros años, momento privilegiado para
colocar las bases de una formación integral.
Colocar el ajedrez al servicio de la educación no sólo tiene como finalidad desarrollar el arte de
pensar sino también cultivar valores. Dada sus propiedades es un escenario ideal a través del cual
el maestro puede continuar la sana construcción del mundo interno de los niños.
El Ajedrez es un medio para desarrollar habilidades mentales, entre las principales están: la
atención, la imaginación, facilidad para proyectar lo que piensa, para recordar, el pensamiento
Abstracto, la percepción, planeación, el rigor mental, el análisis sistemático, para la toma de
decisiones, el pensamiento crítico, aprender a partir del error, el pensamiento hipotético,
memorizar codificar, decodificar, pensamiento creativo, modificar o reafirmar el pensamiento,
entre otros. (Uziel & Torres, 2012)
No sólo da a los niños buenas habilidades de pensamiento y mejora la concentración, la memoria
y el cálculo, sino que enseña a los niños a asumir la responsabilidad por sus acciones; También
hay actitudes de comportamiento y atributos sociales para el juego. Los niños se dan la mano al
comienzo del juego, y aunque no es un silencio sepulcral en las clases, es un juego bastante
tranquilo y disciplinado.
Lejos de que los académicos sean los más adecuados para jugar ajedrez, se dice que el juego es
una actividad muy universal e incluyente que se puede reproducir en todos los niveles. Cuando
los niños juegan ajedrez desarrollan más su inteligencia y logran mejores resultados
académicos, especialmente en matemáticas y lectura. De las ocho inteligencias o habilidades
de Howard Gardner, el ajedrez desarrolla la lógico-matemática, la lingüística, la espacial, la
intrapersonal y la interpersonal.
(Blanes, 2014), citando a Howard Gardner, quien defiende que, así como hay muchos tipos de
problemas que resolver, también hay muchos tipos de inteligencias, que se pueden adaptar
reticularmente a su solución. Las inteligencias múltiples y las funciones diferentes de un individuo
están vinculadas a ciertas partes del cerebro.