ISSN 2773-7705
Periodo. Julio Diciembre 2021
Vol. 5, Nro. 2, Publicado: 2021-12-31
https://revistas.itsup.edu.ec/index.php/higia
La obesidad como factor de riesgo de la hipertensión
arterial
Obesity as a risk factor for high blood pressure
La obesidad como factor de riesgo
José Jordano Flores Hidalgo
(1)
María Auxiliadora Guerrero Dueña
(2)
Reynier García Rodríguez
(3)
1
Instituto Superior Universitario Portoviejo, Manabí, Ecuador. Email: joflogene_2@hotmail.com
2
Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Ecuador. Email: joflogene_2@hotmail.com
3
Instituto Superior Universitario Portoviejo, Manabí, Ecuador. Email: reygarod79@gmail.com
Contacto: reygarod79@gmail.com
Recibido: 28-07-2021 Aprobado: 12-08-2021
Resumen:
La investigación se basa en la incidencia de la
obesidad como factor de riesgo para la hipertensión
arterial (HTA) abarcando el análisis de variables de
dichos padecimientos, puesto que ambas constituyen
factores de riesgo para la salud de las personas. En
América Latina, Ecuador es el país que mayor
prevalencia posee de HTA debido a que se registra un
incremento de motivos de consulta en los centros
hospitalarios por HTA en mayor parte en las
provincias de Guayas, Pichincha y Manabí y a su vez
se estima que 6 de cada 10 adultos poseen sobrepeso
u obesidad. Siendo el objetivo del presente trabajo
determinar la incidencia de la obesidad como factor
de riesgo de la hipertensión en los habitantes de la
Ciudadela “Libertad” del cantón Portoviejo en el
periodo comprendido de mayo-agosto de 2020. Se
realizó un estudio no experimental, inductivo-
deductivo y transversal a 50 personas. Datos los
cuales fueron organizados en una base de datos
mediante Microsoft Excel. Finalmente, se obtiene
que los datos de la población investigada poseen
aspectos positivos y negativos para la salud de las
personas. Para el primero se destaca la Frecuencia de
Actividad Física y para el segundo los controles
médicos y el tratamiento, los cuales representan un
porcentaje bajo para lo esperado.
Palabras clave: Hipertensión Arterial, Obesidad,
Incidencia, Relación
Abstract:
The research is based on the incidence of obesity as
a risk factor for arterial hypertension (HT),
encompassing the analysis of variables in these
conditions, since both constitute risk factors for
people's health. In Latin America, Ecuador is the
country with the highest prevalence of hypertension
due to the fact that there is an increase in reasons for
consultation in hospital centers for hypertension,
mostly in the provinces of Guayas, Pichincha and
Manabí, and in turn it is estimated that 6 out of 10
adults are overweight or obese. The objective of this
study being to determine the incidence of obesity as
a risk factor for hypertension in the inhabitants of the
Citadel “Libertad” of the Portoviejo canton in the
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period from July-August 2020. A non-experimental,
inductive study was carried out -deductive and
transversal to 50 people. Data that were organized in
a database using Microsoft Excel, creating tables
based on the relationship of the variables. Finally, it
is obtained that the data of the investigated
population have positive and negative aspects for
people's health. For the first, the Frequency of
Physical Activity stands out and for the second, the
medical controls and treatment, which represent a
low percentage for what is expected.
Keywords: Hypertension, Obesity, Incidence,
Relationship
Introducción
La hipertensión y la obesidad constituyen dos
problemas de salud pública frecuentes, numerosos
estudios realizados en diferentes países coinciden en
señalar que existe mayor riesgo en desarrollar
hipertensión en pacientes obesos (1). Además, un
IMC elevado es un importante factor de riesgo de
enfermedades no transmisibles (ENT), como las
enfermedades cardiovasculares, que fueron la
principal causa de muertes en 2012 junto a la
diabetes; los trastornos del aparato locomotor y
algunos tipos de cánceres. (2).
Los factores de riesgo en el ámbito metabólico que
aumentan la predisposición de desarrollar una ENT
son “aumento de la tensión arterial, el sobrepeso y
obesidad, la hiperglucemia y la hiperlipidemia. Los
cuales, en términos de muertes atribuibles a nivel
mundial demuestran que la hipertensión posee el
19% seguido por el sobrepeso y la obesidad” (3).
Pérez (2012) menciona que, en América Latina, el
país con la mayor prevalencia de hipertensión es el
Ecuador y la primera causa de muerte es la
enfermedad cardiovascular. A su vez, se estima que
el 46% de la población ecuatoriana tiene hipertensión
arterial según los estudios hasta el 2012. A su vez, la
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2013)
expone que “La prevalencia de hipertensión arterial
medida en la población de 18 a 59 años es de 9.3%,
siendo de 7.5% en mujeres y 11.2% en los hombres.”
De acuerdo al Registro Diario Automatizado de
Consultas y Atenciones Ambulatorias (RDACAA) se
reportaron 146.889 atenciones por hipertensión
arterial en el 2013;144.457 en el 2014;155.855 en el
2015; 169.437 en el 2016; 217.059 en el 2017 y
63.452 a abril del 2018. Siendo las provincias que
registran el mayor número de atenciones por
hipertensión: Guayas, Pichincha y Manabí (4).
En 2017 en Manabí se atendieron, 44.341 personas
por Hipertensión Arterial según una publicación de
El Diario (2018), un diario local de la Provincia.
Manabí Noticias, en mayo de 2018 publicó un
articulo sobre la temática manifestando el caso de un
diagnóstico de una habitante de la provincia
expresando que “la manabita tuvo suerte en descubrir
a tiempo que padecía esta enfermedad, pues en
algunos casos no presenta síntomas y por eso se la
conoce como la enfermedad silenciosa.”
Mientras que para la prevalencia de obesidad
abdominal en la población de 10 a 59 años a escala
nacional se obtiene un mayor porcentaje en los
últimos decenios. En el quinto decenio de 50 a 59
años (81.4%), de 40 a 49 años (74.6%) y de 30 a 39
años (67.1%) (5).
Por otra parte, Machado menciona que, en promedio
general, en Ecuador seis de cada 10 adultos sufren de
sobrepeso u obesidad. Pues, las tasas de sobrepeso y
obesidad en adultos aumentan a un ritmo alarmante y
se encuentra en niveles muy altos en las 24 provincias
del país […]. Según sus estadísticas, […] en
provincias como El Oro, Guayas o Imbabura la
prevalencia es mayor al 60% (2019). En lo que
respecta a Manabí, como medida de control y
prevención la Dirección de Deportes del Gobierno
municipal de Manta desarrolla un programa de
ejercicios públicos que ayuda a controlar y reducir el
sobrepeso de las personas que lo padecen. Se llama
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“Pierda para Ganar” y es aprovechado mensualmente
por unos 300 individuos (6).
Por ende, el presente estudio pretende realizar una
investigación de la incidencia que posee la obesidad
como factor de riesgo asociado a la hipertensión,
quien constituye una de las enfermedades más
comunes en conjunto con la Diabetes Mellitus tipo 2
en cuanto a Manabí se refiere. Con la finalidad de
describir algunas actividades dirigidas al control y
prevención de estos padecimientos.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio no experimental, inductivo-
deductivo y transversal a 50 personas adultas, todas
habitantes de la Ciudadela “Libertad” del Cantón
Portoviejo en la Provincia de Manabí durante el
periodo comprendido mayo-agosto de 2020.
Para llevar a cabo, la presente investigación se utiliza
la observación y la revisión bibliográfica teórica y
estadística para abordar la temática. Pita Fernández
& Pértega Díaz (2001) mencionan que: “los términos
estadísticos y epidemiológicos invaden la literatura
médica, la medicina es cada vez más cuantitativa, su
conocimiento permitirá leer la bibliografía médica
con más capacidad crítica para detectar errores
potenciales y falacias.”
El tratamiento estadístico se llevará a cabo
utilizándose como instrumento de recolección de
datos para complementar la información investigada,
la aplicación de encuestas. Teniéndose como
variables: Género, Edad, Hipertensión Arterial,
Índice de Masa Corporal (IMC), Frecuencia de
Actividad Física, Prioridad de alimentos y algunos
conocimientos en base al tópico, siendo la mayoría
de carácter cualitativa, por ende, se aplicó estadística
descriptiva para su análisis.
Los datos, fueron organizados en una base de datos a
través de Microsoft Excel y posteriormente se
filtraron los mismos permitiendo crear tablas de
frecuencia en base a la relación de variables para la
obtención de frecuencias absolutas y porcentualesque
permitieron realizar un análisis que será expuesto en
los siguientes puntos.
Resultados
En el periodo comprendido entre mayo-agosto de
2020 se logró la concreción de la investigación a 50
individuos de una comunidad. Los cuales se
encuentran en una media que rodea los 52,8 años de
edad, teniéndose en el gráfico 1 como mínimo 37
años y como máximo 72, de entre los cuales la
sumatoria del género masculino corresponde al 56%
y el 44% restante de la población total pertenece al
género femenino.
El 74% de los habitantes padecen de Hipertensión
Arterial (HTA) desglosando el tiempo en que fueron
diagnosticados con la enfermedad. A esto se suma
que el 44% de los mismos presentan índices de
sobrepeso y obesidad, presentándose en detalle la
Tabla 2. Esto debido a que los datos del IMC de la
población oscilan a partir de un mínimo de

lo cual se considera en un peso normal
(Normopeso) y un máximo de 
lo cual se
clasifica en Obesidad Tipo 2. Obteniéndose a su vez
una media poblacional para el IMC de 
.
El 97% realizan durante la semana alguna actividad
física. Destacando la frecuencia de ejercicio de 2 a 3
veces por semana con un 46% del total de la
población.
El 82% de la población en estudio que corresponde a
una frecuencia de 41 personas, poseen antecedentes
de sobrepeso y/u obesidad familiar. Añadiendo que
un 66% del total poblacional no asistió a controles
médicos durante un intervalo de 3 meses. En cuanto
a si recibieron algún tratamiento durante el mismo
intervalo de tiempo el 46% manifestó no
administrarse alguno.
Al interrogar si los individuos consideran consumir
una dieta balanceada como medida preventiva para la
obesidad se obtuvo que el 98% de la población
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considera que, sí. A su vez, se manifiesta que el 72%
de la población prefiere no consumir comida chatarra
o grasosa durante la semana. Datos de los cuales el
29% de los individuos consumen dichas comidas y
padecen de HTA.
En relación a la alimentación, se les pidió a los
individuos que ordenaran del 1 al 6 los grupos de
alimentos que se les presentó, considerando un orden
ascendente, donde 1 sea lo que más consume y 6, lo
menos. Obteniéndose 2 tablas donde, la primera
mostraba los datos que proporcionaron los pacientes
y la segunda el orden de prioridad de grupos de
alimentos.
Finalmente se añade que el 82% de la población
posee el conocimiento de que la obesidad es un factor
de riesgo para la HTA y a su vez, el 92% conoce las
consecuencias de la obesidad
Discusión
La obesidad y la hipertensión constituyen factores de
riesgos predominantes en la salud. Según (1) “La
relación entre obesidad e HTA tiene una especial
relevancia por su magnitud y por las repercusiones
que tiene en la clínica diaria”. La presente
investigación revela que el 22% de la población
hipertensa posee sobrepeso y otro 22% poseen algún
tipo de obesidad. De Luis Román, Aller, &
Bustamante (2008) en parte concuerdan con los
resultados de la investigación al manifestar que “un
elevado porcentaje de pacientes hipertensos son
obesos” y por ello exponen que la reducción de peso
con dietas hipocalóricas se ha demostrado como una
opción terapéutica.
Probablemente el abordaje dietético más complejo se
ha realizado mediante la dieta DASH (Dietary
Approaches to Stop Hypertension). Esta
aproximación se caracteriza por una dieta rica en
frutas, vegetales y lácteos descremados, que incluye
cereales, pollo, pescado y nueces, y que contiene
pequeñas cantidades de carnes rojas, dulces y bebidas
azucaradas, disminuyendo sustancialmente la presión
arterial en personas hipertensas y aquéllas sin
hipertensión (7).
Entre los tipos de alimentos, la muestra permitió
identificar un mayor consumo de Carbohidratos
denominándose así a las harinas refinadas, verde y
arroz. Un porcentaje elevado (88%) en relación a las
frutas (62%) y verduras (58%), esto en gran parte
podría deberse a la situación socioeconómica que
afronta el país y a su vez se añade que la dieta y
gastronomía manabita se basa sobre todo en las
características antes mencionadas debido a la
estrecha conexión que posee con la historia y
tradición por ello se cita a (8) quien en su libro
“Manabí y su comida milenaria” manifiesta que
“Manabí es una provincia que guarda como un tesoro
la sabiduría de toda una tradición culinaria, una
tradición que se remonta a miles de años, de la cual
son herederos en la actualidad los y las manabitas, y
de la que constantemente hacen gala ante sus
convidados.” A su vez menciona que la comida posee
relación con la alianza social, la religión, la muerte,
el amor, la pasión y la jerarquía social. Utilizando
como ingredientes básicos el maíz, maní, cacao,
zapallo, yuca, frijoles, plátano, camote, jíquima y
sidrilla.
El plátano verde es uno de los alimentos más
utilizados en la cocina manabita, de hecho ha tomado
un gran papel ante la pandemia Covid-19.
Mencionando Zapata Mora (2020) que: el plátano,
desde que arrancó la cuarentena, se ha convertido en
un producto apetecido sobre todo en la costa
ecuatoriana, al punto de ser intercambiado con
pescado”. Según el estudio “Cuantificación de
almidón total y de almidón resistente en harina de
plátano verde (Musa cavendishii) y banana verde
(Musa paradisíaca)” se llega a la conclusión de que
tanto el plátano como la banana verde representan
una buena fuente de almidón resistente que pueden
ser aprovechados en la preparación de diversos
productos propios de la región. Además, las
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investigaciones reportan que es muy beneficioso por
sus efectos fisiológicos en el organismo como
disminución del tiempo de tránsito intestinal,
reducción de glucosa en sangre y consecuentemente,
la cantidad del nivel de colesterol (9).
En gran parte, se demuestra que, los habitantes de la
ciudadela Libertad realizan actividad física bien sea
1 vez, 2 o 3 veces e incluso 4 o más durante la
semana. Lo que expone un aspecto positivo para la
salud de los habitantes. De Luis Román, Aller, &
Bustamante (2008) mencionan que: “Los estudios de
intervención han demostrado que la realización de
actividad física produce un descenso en la tensión
arterial sistólica y diastólica de aproximadamente 6-
8 mmHg. Los sujetos sedentarios tienen hasta casi un
50% de posibilidades de desarrollar HTA”.
Algo importante para acotar es la percepción que
posee la muestra expresando en gran porcentaje que
una dieta balanceada es una excelente medida
preventiva para la hipertensión y la obesidad. No
obstante, existe un porcentaje, mínimo (29%), que
posee hipertensión y menciona consumir comidas
chatarras y grasosas durante la semana. Siendo una
limitación para evaluar y analizar dichas variables,
añadiendo los sesgos de error que se presenta debido
a la metodología utilizada, puesto que, las encuestas
presentan errores en sus resultados debido a la
posible falsedad de las respuestas por la deseabilidad
social. Por ende, las investigaciones posteriores
deben ahondar un poco más en el asunto para resolver
la hipótesis “El consumo de comidas hipercalóricas
es frecuente en la vida cotidiana de pacientes
hipertensos que poseen un IMC elevado”.
La reducción del consumo de grasa saturada se asocia
a un descenso en los niveles tensionales, mientras que
el mayor consumo de ácidos grasos poliinsaturados
se ha relacionado con el mismo efecto favorable.
Acotando que entre las grasas poliinsaturadas se
encuentran (grasas de semillas-omega 6 y de
pescados-omega 3) (7).
Freire, y otros (2013) consideran a la obesidad central
medida mediante la circunferencia de la cintura y al
menos dos de los siguientes componentes:
triglicéridos superiores a 150 mg/dl, lipoproteínas de
alta densidad (HDL) inferior a 40 mg/dl para
hombres y 50 mg/dl para mujeres, hipertensión
superior a 130/80 mmHg y glucosa en plasma
superior a 100 mg/dl. Lo cual representa una
limitación evidente para la investigación, debido a
que no se disponen de los recursos económicos para
realizar estudios de laboratorio y a esto se suma la
presente pandemia del COVID-19, donde lo ideal es
mantener un distanciamiento social para evitar un
posible contagio para evitar el incremento de casos
positivos.
Los resultados exponen que un total de 23 personas
equivalentes al 46% no han tomado medicaciones
durante 3 meses añadiendo que el 68% de la
población no ha asistido a controles médicos en el
mismo intervalo de tiempo. Entonces para ello se
plantean hipótesis a manera de interrogación: ¿Será
la pandemia del COVID-19 un factor coadyuvante
para que las personas no asistan a una consulta
médica? O ¿Serán los recursos socioeconómicos
quienes estarán más asociados a este fenómeno y
utilizarán otro tipo de medicina alternativa para
tratarse?
Esto se plantea puesto que, en 2018 Herrera,
Rodríguez, & Torregrosa. Realizaron un estudio
donde exponen que “El 58% de la población
entrevistada, teniendo una muestra de 614
individuos, utiliza plantas medicinales para tratar la
hipertensión, siendo las más utilizadas Matricaria
recutita (manzanilla), Plectranthus amboinicus
(oreganón), Cymbopogon citratus (hierba luisa) y
Valeriana officinalis (valeriana)” Manifestando a su
vez que la hierba luisa es la única con eficacia
comprobada como anti-hipertensiva. En donde los
autores mencionados concluyen que “El uso popular
de tres de las plantas estudiadas se atribuye a sus
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efectos sedante y relajante, por lo que sus efectos
antihipertensivos son un mito y no una realidad”.
Pardell H y otros (1968, citado en De Luis Román,
Aller, & Bustamante, 2008) mencionan que: Ante un
panorama de dimensiones pandémicas, los
tratamientos farmacológicos suponen grandes costes
directos para los Sistemas Públicos de Salud, por ello
las medidas no farmacológicas son cada vez más
importantes en el tratamiento integral de estos
pacientes, incluyendo la reducción de peso, el
ejercicio físico, la disminución de ingesta de alcohol,
tabaco y café, aumento de consumo de calcio,
magnesio, potasio y fibra, así como las dietas pobres
en grasas y la restricción de sal.
López de Fez, Gaztelu, Rubio, & Castaño, (2004)
mencionan que: es fácil asumir, que una corrección
del sobrepeso, será beneficioso en la reducción de
cifras de tensión arterial. Para ello existen medidas no
farmacológicas y farmacológicas. Las primeras
consisten en una dieta baja en grasa, pobre en sal,
moderada en hidratos de carbono y rica en fibra;
ejercicio aeróbico y disminución de ingesta de
alcohol, entre otras. Y las farmacológicas incluyen la
introducción de los inhibidores de la enzima de
conversión de la angiotensina (IECA) para la
hipertensión y si se añade la obesidad se incluyen los
diuréticos, betabloqueantes, alfabloqueantes y
calcioantagonistas.
Para la búsqueda de soluciones a los problemas de
sobrepeso y obesidad en el Ecuador es necesaria la
presencia de cuatro actores según la Revista
Informativa de la OPS/OMS Representación Ecuador
(2014):
Primero. El Estado con su responsabilidad
reguladora y de control sobre el etiquetado de
alimentos y la propaganda engañosa de alimentos no
saludables. Pero además, con la responsabilidad de
proteger la salud de la población, debe promover el
consumo de agua, y la eliminación de bebidas
endulzadas (jugos artificiales y gaseosas), el
consumo de la comida ecuatoriana saludable (sopas
como repe, ají de carne, sancocho, arroz de cebada,
viche; pescado, carnes rojas magras) preparando los
platos típicos pero sustentados en buenas prácticas
nutricionales, evitando las “hiperporciones”; el
consumo de cereales complejos como quínoa,
chochos, amaranto, leguminosas como fréjol,
garbanzo, lenteja en la alimentación diaria; el
consumo de aceites poli y monoinsaturados: aceite de
maíz, soya, canola, oliva y, un menor consumo de
alimentos hiperprocesados y bebidas y jugos
artificiales que tienen alta concentración de azúcar.
Para priorizar estos cambios en los hábitos
alimentarios es necesario tomar ciertas medidas:
Aumentar la disponibilidad y accesibilidad
al agua potable.
Imponer un impuesto a las bebidas
endulzadas, gaseosas y jugos artificiales.
Regular el contenido de azúcar, sal y grasa
añadidas.
Proponer y promover la disminución del
tamaño de las porciones en restaurantes y
lugares de expendio de comida preparada e
industrializada.
Reducir el costo de los aceites saludables:
aceite de maíz, soya, canola, oliva.
Limitar la cantidad de sodio adicionada a los
alimentos y reducir su consumo.
Aumentar la oferta de leche descremada y
derivados.
Segundo. El sector privado debe ajustarse a las
normas y regulaciones, “adoptando prácticas
responsables”, particularmente respecto a la
promoción y la comercialización de alimentos con
alto contenido de grasas saturadas, ácidos grasos
trans, azúcares libres, sal. Este actor debe evitar
generar conflictos de interés entre los profesionales
de la salud y la industria (10).
Tercero. La sociedad civil organizada y empoderada
de sus derechos, vigilante permanente de la
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aplicación de normas, requerimientos y reglamentos,
con acceso a información basada en la evidencia
científica; que exija información no sesgada, que
controle la propaganda engañosa de productos
alimentarios (10).
Cuarto. Los profesionales de la salud, y en particular
los médicos, deben estar capacitados para hacer
consejería nutricional e incluirla entre sus actividades
profesionales, deben proveer información sustentada
en la evidencia científica, y promover
comportamientos saludables en la población (10).
En cuanto a las acciones que promueve el Ministerio
de Salud Pública (s.f.) para la Hipertensión en el
Ecuador se mencionan:
Evitar el consumo de cigarrillo y bebidas
alcohólicas.
Mantener el peso corporal dentro de los
límites normales.
Consumir un régimen rico en frutas,
verduras, fibras, lácteos con bajos
porcentajes de grasas.
Disminución del consumo de sal a 5gr/día
ha demostrado permitir una reducción hasta
en un 10mmHg de presión arterial.
Jornada de ejercicio físico para evitar el
sedentarismo, mantener el cuerpo sano y
libre de estrés.
Conclusiones
La población estudiada posee aspectos positivos y
negativos en relación a la temática abordada, muchos
de estos aspectos pueden estar influenciados por las
medidas preventivas aplicadas por la pandemia
Covid-19. Entre los aspectos negativos se encontró
que los individuos presentan índices de masa
corporal elevados, añadiendo que una gran parte
posee hipertensión arterial y no han asistido a
consulta médica y mucho menos han tomado un
tratamiento específico para sus enfermedades, lo cual
representa un riesgo para la salud de las personas.
Entre los aspectos positivos, se revelan altos índices
de frecuencia de actividad física que podrían
complementarse perfectamente con una dieta
balanceada de acuerdo a la percepción de los
habitantes. No obstante, la dieta es uno de los
aspectos s complicados de manejar debido al
sesgo de error que presenta debido a la falsedad de
las respuestas por la deseabilidad social, todas estas
se encuentran asociadas a un nivel socioeconómico
medio o bajo, puesto que es importante reconocer que
una dieta balanceada requiere de la inversión de algo
de dinero y tiempo para la preparación. Concluyendo
finalmente que, existe incidencia de la obesidad ante
la HTA y a su vez, ambos padecimientos presentan
factores modificables que deben seguirse
promocionando en los habitantes.
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Representación OPS/OMS - Ecuador. Revista Informativa OPS/OMS: Representación Ecuador. Revista
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